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domingo, 27 de junio de 2010

¡LA VENGANZA SERÁ TERRYBLE!



Alemania 4 – Inglaterra 1

No agregamos nada si decimos que se medían en octavos de final dos selecciones con muchísima historial, y que era un orgullo cubrir este clasico. Se enfrentaron entre sí 27 veces, con 12 victorias para los isleños y 10 para los continentales. Inglaterra con 97 puntos en los mundiales intentaba históricamente lograr la victoria que lo llevara a las tres cifras en su búsqueda por alcanzar a Argentina en el cuarto puesto.
Una temperatura agradable de 19º aguardaba el inicio del cotejo. Táctica de metegol en el caso ingles, 4-4-2 en línea. Joaquín Loew, el Sabina alemán, optaba por algo mas innovador de mitad de cancha para arriba, dos volantes tapones Khedira y Bastian Schweinsteiger –que pudo recuperarse de una molestia física que lo tuvo en duda hasta ultimo momento-, con un Ozïl que flotaba en tres cuartos ubicándose por momentos como volante por derecha, para soltar al novato Müeller a que acompañe al goleador Klose. Y Lukas Podolski, premiado como el mejor jugador joven del mundial pasado, por el sector izquierdo.
Algunos datos ilustrativos más antes de pasar a contarles lo que fue el desarrollo. Haciendo números notamos que en el promedio de edad de los jugadores titulares de ambas escuadras, hay una diferencia de cuatro años, es decir de un mundial. 28,8 para Inglaterra, 24,8 para Alemania. Increíble. Y una diferencia de 5cm en el promedio de altura a favor de los germanos, aunque este dato resulta menos interesante. Ultimo. Todos los jugadores ingleses y alemanes juegan en sus propias ligas –cuatro teutones del once inicial pertenecen al Bayer Munich. Por si faltaba algún condimento, también era una disputa, por ver cual liga podía formar la mejor selección.
La tenencia de la pelota por parte de los del Reino Unido fue una de las primeras sensaciones del partido. Sin embargo, enseguida vino la primera para Alemania. Ozïl la agarró picando con derecha, y James la ataja.
Lo siguiente fue un rápido contragolpe de los que tienen el Euro por moneda, que desperdicia Podolski por morfón.
El letargo fue roto inesperadamente a los 20’ tras saque de arco (desde abajo). La secuencia fue: Neuer – grosero error de los centrales ingleses sobre todo del de West Ham – KLOSE aprovechando el horror defensivo y sobre todo su olfato de sabueso – GOL. 1 a 0. El polaco-alemán marcó el segundo tanto en este Mundial y quedó quinto en la tabla histórica, donde es superado solo por el brasileño Ronaldo con 15, el alemán Gerd Muller 14, el francés Just Fontaine y el brasileño Pelé, ambos con 13.
A los 31’ - ningún periodista del mundo va a decir lo siguiente-, el línea que marcaba el ataque ingles del PT, cobra un fuera de juego inexistente a Defoe que cabeceaba al travesaño. Ya se daban muestras de que se estaba cocinando la venganza alemana. Los cocineros eran probablemente: Ángel Villar (presidente de la comisión de árbitros de la FIFA), Ángela Merkel (que maneja la Unión Europea y exige golpes contra la clase obrera europea), el aún dolido Franz Beckenbauer, el línea uruguayo y Alejandro Dolina, con un lema en común: “La venganza será terrible” (titulo).
Pero todavía no estaba la comida. Faltaba. Y mientras tanto la defensa inglesa seguía sin parar a nadie. Gran jugada a puro pase y velocidad. De Ozïl para Müeller, y de este para PODOLSKI que patea solitariamente con zurda desde el borde del área menor, y la pelota se cuela por entre las piernas del 007 James, al GOL. 32’, 2 a 0. En esta oportunidad es el Ameli ingles Terry el que falla.
La vergüenza moviliza a los legendarios volantes ingleses, Lampard “de bajo rendimiento” y Gerrard. El primero exige a Neuer con seriedad por primera vez en el partido, y después a los 37’ el niño mimado de Capello desde que llegó a la conducción, Upson, se desmarca en un centro de Boateng y anticipa al arquero con la sabiola. GOL, 2 a 1.
Sacan del medio y llega el grito de que la cena preparada por aquellos personajes estaba servida. Revienta el horizontal Frankie Lampard, la pelota pica 50cm adentro y vuelve al travesaño. El línea complotero no valida el gol. En vez de festejar Inglaterra tuvo que comerse el menú del día: ‘venganza con papas fritas’. Y como dice el dicho la venganza es un plato que se come frío… 44 años después… de aquella final del ’66, en que le convalidaron injustamente el gol a Geoffrey Hurst (foto) cuando iban empatados en dos, y le dieron el titulo en bandeja a la reina. Valga también el recuerdo de la nefasta roja a la rata Rattin en Londres en ese mismo mundial.
Fin del primer tiempo y escándalo.
Con la digestión hecha en vestuarios, Alemania salió mejor y tuvo dos opciones netas de gol. Una de ellas a través de un libre directo que explota el travesaño que dejo de moverse hace exactamente 13 minutos.
Para revertir la tendencia Capello realiza el cambio que esperaban los cincuenta y dos millones de ingleses, a la cancha Joe Cole al banco el hiperprofesional del Aston Villa pero de pésimo labor, James Milner.
El plan del destino decía que justamente a los ’66 se definirían las chances inglesas y su pronto aterrizaje en el aeropuerto Heathrow. Fantástica acción de Arnold Schweinsteiger, que la alarga para la casi segura premiación de Hyundai a la estrella joven del certamen, Thomas Müeller, que con bomba de derecha quiebra la resistencia del viejo David J. GOL 3 a 1.
Tres minutos más tarde, el islámico Ozïl le gana en velocidad al defensor devenido en volante Gareth Barry, asistencia para Müeller, y GOL. 4 a 1.
El orgullo de los volantes ingleses del Chelsea y del Liverpool no podrían vencer la gran actuación de Neuer, y consecuentemente repetir aquel 4 a 2 legendario. Quizás sin darse cuenta no querían que la revancha alemana sea perfecta.

Conceptualización partido: Vibrante… (8). Si bien fue un partido con altibajos, cuando los hubo altos fue un gran encuentro de fútbol.

Tenis de mesa: Alemania 9, Inglaterra 6.

Posesión de pelota: Inglaterra 51%; Alemania 49%.

Momento Tiki-Tiki: … (7) Pisada de Miroslav Klose en área chica frente a dos rivales a los 35’ del PT mostrándole al mundo y a nuestros cronistas que las piernas le sirven no solo para saltar a cabecear. De hecho su gol fue con pierna derecha.

Premio al “juego individual al servicio del equipo”: Bastian Schweinsteiger… (8). Trabajo invisible durante todo el partido, y un a todas luces visible perfecto manejo del contragolpe que significo el tercer gol teutón y puedo decirlo, el partido liquidado. Si habrá jugado bien este muchacho que lo pondero por encima del autor de dos goles.

Villano del partido: John Terry… (4) Fue el que mas sufrió en una defensa sufrida. Vaya este premio al antihéroe para una actuación Terryble.

Calificación Arbitraje: Jorge Larrionda y sus secuaces… (2). Histórica actuación de Ali Baba y ‘estostres orientales’ ladrones. No paso desapercibido, esta apercibidísimo.

Dato de color: El estadio de “la ciudad de las rosas” (1400msnm) que había sido escenario del batacazo de los EE.UU. ganándole a España en la Copa Confederaciones pasada, lleva el nombre Free State en honor al Estado Libre de Orange que entre 1854 y 1900 se mantuvo independiente del imperio británico. Este era controlado por los boérs –campesinos de ascendencia holandesa-, pero que luego de la derrota en la guerra contra los ingleses que ocasionó alrededor de 80.000 muertes, pactaron reintegrarse al imperio. Todo esto aconteció en las zonas aledañas al estadio donde se disputaría el partido, pero hace más de un siglo. Seguramente no todas las cuarenta mil gargantas que disfrutaban en la cancha, sabían esta historia.

Gracias a Rossetti




Comentar un partido de Argentina es una tarea psicoanalítica prácticamente imposible. Uno debe despojarse de sí mismo, alejarse de las propias pasiones (tarea imposible, desde luego) y observarse en un acto analítico y protagónico al mismo tiempo. Una mierda. Solicito públicamente no volver a comentar un partido de la selección en el mundial, y mucho menos en fases tan decisivas.
La casa de Juani, en el impasible barrio de Parque Chacabuco y bajo una intermitente llovizna, fue el escenario en el cual nos juntamos con el dueño de casa, Eze e Iván a comer unos fideos y calmar los nervios acumulados en estos días para ver Argentina Vs. México. Los minutos de himno y salida de equipos fueron insoportables pero finalmente llegó el pitazo inicial.
Argentina cambiaba jugadores, pero no su esquema 4-3-3, que le permitía tener puntaje ideal. México llegaba con un 4-4-2, adelantando al Rafa Márquez a la línea de volantes y dejando a Osorio y el “masa” Rodríguez como saga central, en una decisión que terminaría costándole caro al Vasco Aguirre. En los primeros minutos, los aztecas trataron de hacer lo que mejor les salía: abrir la cancha con los laterales (Juárez, improvisado lateral por derecha, y Salcido por izquierda) y profundizar con los volantes por las bandas (Guardado y Giovanni Dos Santos -retrazado para marcar a Di María, pero también para darle llegada por esa punta-).
Argentina intentaba ser profunda y rápida como en los partidos anteriores, apostando a la movilidad de sus delanteros y al juego por las bandas con Di María y Maxi Rodríguez, ingresado muy inteligentemente por el anciano y vendepatria Verón (a Diego lo está asesorando bien el Negro Enrique), para desbordar su punta y controlar las subidas de Salcido.
Sin embargo, México controlaba bien a los chiquitos y tenía mucho más la pelota que Argentina. A los 8 minutos una bomba desde afuera de Salcido sorprendió a Romero, de mala respuesta, que fue literalmente salvado por el travesaño. Medio minuto más tarde un remate mexicano le sacó pintura al poste derecho. Argentina no pesaba arriba y dejaba jugar abajo porque Maxi y Di María volvían tarde y mal y los volantes no apretaban. México se le animaba, esperando cuando perdía la pelota y manejándola con criterio cundo la tenía. La primera parte del partido fue de ataque por ataque (“es un buen partido de fútbol”, decía nuestro filósofo del fútbol, Gambetita).
A los 26 llegó el “gol” argentino tras un gran pase de Messi, que dejó mano a mano a Tevez. El arquero salió bien pero controló mal la pelota, que volvió a quedarle a Messi. Éste asistió a Tévez y el Apache la empujó al arco. El detalle es que detrás de Tévez no estaban dos jugadores mexicanos habilitando, como marca el reglamento. Ni siquiera había uno. Era el off side no cobrado más grosero en mucho tiempo, que el cuarto árbitro quiso arreglar, avisándole por handy al línea. Por suerte (y como debía ser) la decisión estaba tomada y Rossetti convalidó el gol que ya había dado.
A la vergüenza del línea le siguió la vergüenza de la defensa mexicana. A los 31, Osorio quiso pisar la pelota y salir jugando, pero no coordinó bien los movimientos y le regaló la pelota a Higuain, dejándolo frente al arquero. El Pipita, resistido por el cronista, definió con una pisada deliciosa, que dejó al conejo Pérez arrodillado.
En ese primer tiempo, Argentina tuvo poco la pelota, atacó poco, le dieron un gol ilegítimo y aprovechó los horrores defensivos del rival. Suficiente para ganarle a por dos goles a este México.
Para el segundo tiempo, Aguirre armó un 4-3-3, soltando a Dos Santos bien arriba y con Barrera en cancha (cambio por Bautista). En esos primeros minutos se vio a una Argentina mal parada y tomando mal los avances mexicanos. Cuando creíamos que íbamos a sufrir bastante el segundo tiempo, Tévez armó una pared casual con Torrado y reventó el arco de Pérez, en uno de los mejores goles del mundial.
Sin saber por qué, México perdía por 3 goles y fue a buscar el empate con lo que tenía. Guille Franco entró por Guardado dibujando el 3-4-3 (Salcido a la línea de volantes junto con Juárez y Márquez de líbero) con el que terminaría el partido.
Desde el gol, Argentina se retrasó demasiado. Esperar no está mal si vas ganando, pero siempre es un problema si la segunda línea de 4 (Diego armó el 4-4-2, con Verón por Tévez) juega en tu propio campo.
México tenía espacio y pelota como para jugar y vinieron las aproximaciones. A los 24 Heinze sacó una pelota en la línea y un minuto después, el chicharito Hernández le rompió el arco a Romero. Faltaban 20 minutos y el partido no estaba liquidado, como diría Walter Nelson.
Sin embargo, México tuvo la pelota pero no llegó con claridad y ya no generaría situaciones claras de gol.
En el final, Messi pudo abrir su cuenta en este Mundial pero el mal arquero mexicano se lo negó.
Argentina no jugó bien, pero ganó merecidamente. Jugando a lo Brasil, sin grandes lujos ni llegadas, impuso una contundencia tremenda e hizo los goles en los momentos justos. México nunca se repuso de los golpes dados y dejó en claro sus limitaciones futbolísticas y que pesa sobre ellos una paternidad argentina tremenda.
Roberto Rossetti pitó el final, ganó Argentina y el sol, que ayer nos regaló Uruguay, comenzó a asomarse en Parque Chacabuco. Esperemos que ilumine a los muchachos el sábado que viene en esa final anticipada y revancha del último Mundial que se juega contra Alemania.

El origen de las Vuvuzelas

Ya que estas cornetas están tan de moda en esta Copa del Mundo, uno debería saber su origen .... antes de soplar en ella.