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viernes, 18 de junio de 2010

Deberías estar impaciente inglés

                En el dia del cumpleaños de Fabio Capello y de Paul McCartney Inglaterra jugaba el segundo partido del mundial con el objetivo de revertir la imagen dejada frente a Estados Unidos. EL resultado fue el partido más aburrido del mundial. Cuando se enfrentan equipos de calidades tan diferentes, en general uno de los dos es el que le impone al otro la dinámica. En este caso Inglaterra era quien tenía que imponer un ritmo y definitivamente lo hizo. La cadencia soporífera del partido fue producto no de una Argelia que anuló el circuito de generación de juego de Inglaterra, sino de las propias limitaciones de ésta. El principal problema lo tuvo y tiene en la dupla ofensiva y en la ausencia de juego por las bandas. Rooney, el Tevez inglés, es un jugador que si bien no está pasando por un buen momento, tiene una categoría notable. Lamentablemente  se encuentra  solo en la cúspide de un armado que no lo favorece. Durante todo el primer tiempo recibía de espaldas de parte de los dos armadores (Lampard y Gerrard) pero al darse vuelta debía enfrentar a 4 defensores que, si bien limitados en su juego, eventualmente imponían la superioridad numérica. Con el rodar del partido pudo pivotear hacia los costados, básicamente el derecho cubierto por Lennon y Johnson, o de vuelta hacia los armadores para que ellos vayan llegando a posiciones de tiro de media distancia. Pero lo cierto es que tener un tipo como Rooney para pivotear es como tener a Zaira Nara de novia para que te limpie la pieza y planche la ropa.
El veterano Heskey no lo acompaña como corresponde. Entre ellos no hubo asociación alguna. Más tarde intento con Defoe, pero no rindió sus frutos. Ya al final, el manotazo de ahogado de Crouch tampoco alteró el 0 de Inglaterra. La elección de Crouch, un tipo torpe como todo hombre de 1,90 m pero para colmo sin buen cabezazo, por sobre Theo Walcott es sintomático del juego que propone Capello y es algo que hoy el equipo de la Reina está pagando caro.
Veamos la segunda de las limitaciones, el juego de Inglaterra por las bandas, o mejor dicho su ausencia. Algo que caracteriza al juego inglés se encuentra totalmente ausente en el planteo de Capello. En este partido Lennon intento por derecha y en ocasiones por izquierda. Pero no se asociaba ni con el pivot que correspondia a la banda (Lampard por derecha, Gerrard por izquierda) , ni con los delanteros. Al mismo tiempo en muy pocas ocasiones llego al fondo a tirar el centro. El lado izquierdo fue totalmente abandonado por Capello. Ningún volante por allí y Cole no se proyecto salvo en dos ocasiones. Podría jugar el otro Cole por esa banda, pero Capello prioriza tener un tapón como Barry a las espaldas de los dos armadores.
                Si uno le preguntase enconces a Capello cómo intenta Inglaterra llegar al gol, la respuesta se encontraría en las jugadas de Inglaterra en donde se juntaron Rooney, Gerard y Lampard, y que terminaron, tras algunos toques rápidos, ya sea en disparo de media distancia de los armadores o en habilitación de Rooney hacia el otro punta.
                Por el lado de Argelia no hay mucho por agregar. Tácticamente intentaron aglomerar 2 o 3 jugadores por las bandas a través de toques cortos, rápidos y paredes, esperando a que se abra algún espacio o aprovechar algún error del rival. Por derecha pudieron juntarse por momentos Bougherra y Boudebouz. Por izquierda confió más en el desequilibrio que podría aportar Ziani. De todos modos las limitaciones eran de otro orden. No se podía esperar que desborden constante y seriamente a una defensa que parece ser la principal preocupación de Capello y conformada por jugadores de primera línea.
                En resumen, Inglaterra sabe mantener el 0, y apuesta a que ocurra algún click en su triada ofensiva (Rooney, Gerrard, Lampard) para que termine en pelota de gol. Los que padecen esto son los que nos fumamos el partido, Joe Cole que la mira desde el banco, y probablemente Inglaterra cuando la suerte la tenga el rival, como con Estados Unidos, y quede eliminada en la segunda fase.

El partido de las preguntas retóricas: Alemania 0 – Serbia 1


Con un equipo joven (el más joven del mundial y el más joven de la historia de las selecciones alemanas en los mundiales), que había demostrado contra Australia que ser alemán (esto es relativo ya que 13 jugadores del plantel son nacionalizados de otros países) y jugar bien no era imposible, Alemania se presentaba a su segundo partido con el objetivo de conseguir la clasificación. Joachim Löw repitió formación y planteo táctico con un 4-2-3-1 ofensivo que se adelantó rápidamente en campo rival. En esos primeros quince minutos comprobé que lo que se decía era cierto: se pudo ver a la Alemania vistosa del partido anterior, que llegaba con toques cortos y adelantando a laterales y volantes. A los 6 minutos, Podolski desvió un zurdazo luego de un manotazo del arquero ante un centro por derecha.
Lo de Serbia, por su parte, era lo de la gran mayoría de los equipos de este mundial: regalar pelota y campo y replegarse en la mitad propia a toda costa. En esos primeros minutos el 4-1-4-1 (insólita posición, la de un volante central retrasado detrás de la segunda línea de 4, que alguna vez le viéramos al “ofensivo” Cholo Simeone en San Lorenzo) de Antic no hacía pie y se veía desbordado por el buen juego teutón, a tal punto que a los 19 minutos de partido ya estaban amonestados sus dos laterales (Ivanovic y Kolarov).
Sin embargo, pasado el primer cuarto de hora, Serbia se acomodó mejor atrás cerrando los espacios y Alemania perdió su ritmo y se hizo predecible e impreciso. Ozil y Podolski no aparecían (sobre todo la joven promesa turca, Ozil) y la bocha no le llegaba a Klose, perdido entre tanta camiseta roja. Así, pues, el partido empezó a parecerse cada vez más a tantos otros de este mundial (un equipo que toma la iniciativa y no sabe como entrar y otro que la cede pero defiende bien) y la pregunta fue la de todos estos días: ¿Cómo romper una defensa de 9 o 10 hombres que esperan constantemente detrás de la pelota?
Esa cuestión, en verdad, enmascaraba otra, más “interesante”: ¿Cómo diablos pensaba hacer un gol Serbia? Con mejor recuperación de balón en esta parte del partido, los balcánicos sólo atinaban a mantener la posesión y jugarlo hacia atrás hasta meter un bochazo y perderlo nuevamente. Su carta ofensiva fue Zigic, un obelisco de 2,02 metros con escasas aptitudes futbolísticas que claramente no estaba preparado para aprovechar alguna posible contra veloz.
Tratábamos de respondernos esto cuando el fútbol, el deporte más lindo del mundo y una de las actividades que nos hacen más feliz en la vida junto con hacer el amor con la persona a la que amamos, nos demostró una vez más que los análisis no sirven para nada. Miroslav Klose, goleador del último mundial, quiso recuperar en la mitad de cancha y pegó una patada innecesaria de atrás a los 36 de la primera parte. Segunda amarilla y roja, Alemania quedaba con 10 y Fabri y Nelson se hacían la misma inquisición que nosotros, ansiosos por empezar a ver un partido más dinámico: ¿Saldrá Serbia?
No hubo tiempo de iniciar las apuestas porque a los 38, dos minutos después, una gran corrida de Krasic (el mejor jugador serbio por lejos) a las espaldas del flojito lateral izquierdo Badstuber permitió que aquél tirara el centro, que el grandote Zigic la bajara y que Jovanovic definiera prácticamente en la línea del arco. 1 a 0 para Serbia y a meternos los libros y las preguntas en el culo.
La última jugada del primer tiempo fue un córner desde la derecha que despejó el arquero y que Khedira, volante central turco de gran nivel, remató desde la puerta del área reventando el travesaño. En el rebote, una chilena improvisada de Müller fue despejada en la línea.
Los primeros minutos del segundo tiempo, volvieron a tener a Alemania enchufada y a Ozil y Müller en buen nivel. A los 8, Müller desbordó por derecha, tiró el centro atrás y Schweinsteiger (Shvantaiga) remató desviado. A los once un gran pase de Ozil dejó a Podolski mano a mano, pero éste lo desperdició, dejando en evidencia que ésta no sería la tarde del polaco nacionalizado. A los 13, en una de las pocas subidas de Badstuber, éste se asoció con Ozil que, de primera, se la sirvió a Podolski, quien dejó la Jabulani nuevamente en la parte de afuera de la red.
Pero si creíamos que el partido ya había cubierto la cuota de sorpresa que nos da el fútbol estábamos totalmente equivocados. Un minuto después, a los 14, un centro alto y anunciado desde la izquierda superaba a todas las cabezas y se iba por el fondo, si no hubiera sido por Vidic, experimentado defensor del Manchester United, quien de manera increíble le puso la mano a la pelota. La jugada fue muy similar a la del partido de los serbios contra Ghana (único partido no comentado en el Blog, muy tristemente), en el que Lukovic metió la mano en una jugada calcada, posibilitando que Ghana convirtiera de penal a 10 del final. Penal para Alemania, que tenía su chance de empatar; mientras los serbios se preguntaban estupefactos, como nosotros, ¿QUÉ CARAJO QUISO HACER ESTE MUCHACHO? Realmente absurdo.
Lo bizarro no terminaría. Lucas Podolski, el encargado del penal, le pegó cruzado abajo y a la izquierda (remate anunciado para un zurdo) que intuyó muy bien el arquero Stojkovic, dando un rebote que no fue aprovechado por Müller porque un defensor eslavo lo cerró perfecto (¡Qué importante es seguir las jugadas en los penales!).
A partir de allí, Alemania se desdibujaría por completo y Serbia tendría muchas contras para aprovechar. Krasic apiló a un par de alemanes por derecha y se la dio a Jovanovic, quien remató a colocar, dando la pelota en el palo derecho del arquero. El DT alemán la pifió con los cambios y sacó a Ozil y Müller, de buen trabajo en el segundo tiempo, por Cacau y Marin, de intrascendente tarea. En el final, Kigic estrelló un cabezazo en el travesaño tras centro de Krasic y el ingresado Kacan se lo perdió luego de una cesión de Kigic, quien terminaría jugando un buen partido.
Alemania complicó su clasificación, pero tiene potencial futbolístico para revertir la situación. Dependerá del nivel de sus individualidades y de su capacidad para aprovechar las situaciones que se le presentan. Serbia es un equipo más del mundial y se juega su chance frente Australia, al que tendrá que ganarle por varios goles,

Menciones:

Premio Alberto Olmedo: Krasic (8) El volante por derecha fue la carta ofensiva de Serbia. Con sus corridas y desbordes terminó generando casi todas las situaciones de gol de su equipo.
Premio Chenemigo: Vidic. Que alguien les avise a los defensores de Serbia que el fútbol es con los pies.
Partido: Bizarro (6)
Réferi: Alberto Undiano Mallenco (España). Aceptable (6) Se comió un penal para Alemania al final del partido que le baja un puntito, pero en líneas generales estuvo bien.
Nota de color: el goleador del partido Jovanovic se tiró al foso de la cancha para festejar su gol. A lo turco García en la cancha de Ra sin Club.

Primer eliminado del Mundial: Koman Coulibaly



Eslovenia y Estados Unidos se enfrentaban en sus segundos partidos por el grupo C, que comparten con Inglaterra, y por eso el partido era importante, presumiblemente, para empezar a decidir quién ocuparía el segundo puesto. Los eslovenos, si ganaban, podían ser el primer equipo clasificado a octavos, pero los estadounidenses venían con la alegría de haberle empatado a una de las potencias. Regalaron un gran partido, pero el protagonista, de principio a fin fue el árbitro Koman Coulibaly, de Malí.


Al minuto de comenzar el partido, el mediocampista yankee Clint Dempsey saltó a cabecear con el delantero esloveno Zlatan Ljubijankic, pero fue con el codo arriba y el lungo recibió tremendo golpe. El árbitro actuó como espectador y no sancionó al volante. Era para expulsión.


Eslovenia empezó mucho mejor, Estados Unidos parecía no haber entrado en cancha. En una de las primeras jugadas importantes y luego de varios toques, el enganche Valter Birsa, el más sudamericano de todos, recibió la pelota en ¾, se acomodó y remató de zurda a colocar, ante la atenta mirada del arquero Tim Howard que, sin embargo, no atinó a levantar los pies para tirarse e intentar llegar a defender la valla. Golazo.


Estados Unidos seguía sin aparecer, pero luego del gol Eslovenia dejó de atacar con profundidad, si bien mantuvo el dominio del balón. En una jugada que finalmente no generó peligro, el esférico dio en la cara de Robbie Findley. El árbitro volvió a buscar protagonismo y amonestó al asombrado atacante, a quien le seguía doliendo la nariz, producto del pelotazo.


En la primera ocasión de peligro para Estados Unidos, Dempsey llegó hasta el fondo y mandó un centro raso que cruzó todo el área chica hasta la posición de Landon Donovan, referente yankee, quien no pudo conectar por la rápida reacción de un defensor esloveno que sacó el balón al corner.


Sin embargo, en la jugada siguiente, Estados Unidos volvió a dejar que el rival tocara en el mediocampo. Así, Ljubijankic recibió un pase entre líneas, entró al área y, ante la salida del portero Tim Howard, abrió el pie derecho y colocó la bocha en el segundo poste. Eslovenia había sido el único en cancha y lo aprovechó.


En la última jugada del primer tiempo, Eslovenia la recuperó en mitad de cancha y cuando se disponía a realizar un contraataque en el que iba a tener más jugadores en ataque que Estados Unidos en defensa, el árbitro pitó el final. Los eslovenos brotaron de furia, pero se fueron al descanso tranquilos con el 2-0.


El técnico yankee, Bob Bradley, pragmático, realizó un doble cambio para comenzar la segunda etapa: Edu y Feilhaber por Torres y Findley. Sabía que si quería dar vuelta el partido, debía intentarlo desde el comienzo del complemento. Quizás había visto el anterior partido del día, Alemania-Serbia, donde el técnico teutón nunca atinó a mover el tablero y así se quedó sin nada.


El mensaje llegó enseguida. Por derecha, Donovan recibió un bochazo que no pudo rechazar el central Bostjan Cesar –quien había arriesgado a correrse a la posición de lateral izquierdo con ese fin-, recortó hacia el área, levantó varias veces la cabeza insinuando un centro que nunca realizó y, en cambio, le rompió el arco a Samir Handanovic. El portero cometió un doble error: no salió a achicar y, además, se quedó parado en el primer poste y dio vuelta la cabeza ante el disparo, sacando los ojos de la trayectoria del balón.


A tiro del empate, Estados Unidos empezó a buscar con pelotazos frontales. Desde donde Birsa había hecho el primero de Eslovenia, Michael Bradley, volante e hijo del entrenador estadounidense, probó suave y contuvo el arquero. Así, los bochazos se siguieron sucediendo, hasta que uno llegó al área rival, uno de los atacantes la bajó y Bradley maltrató el esférico pegándole con los tapones al gol. Era el empate y era merecido. Los eslovenos se habían ido tranquilos al entretiempo y a diez del final se encontraban con que perdían la chance de ser el primer seleccionado clasificado a octavos.


A Estados Unidos se le planteó un dilema: si ir a buscar la victoria, con el riesgo de descuidar su defensa, sabiendo que en la última fecha enfrentaría a un casi seguro eliminado Argelia, que en tercer turno se mediría con Inglaterra. O cuidar el empate y no aprovechar el envión del gol.


En el minuto 84, Donovan se hizo cargo de un tiro libre desde el costado derecho del área, mandó un centro buscando a que alguien la conectara, Edu entró por el segundo palo y fusiló al arquero. El árbitro se consagró y cobró todavía no se sabe qué. En la jugada hubo cinco agarrones múltiples a favor de los yankee, pero el juez, al revés, sancionó a favor de los eslovenos. Así, el empate quedó sentenciado. Los jugadores y cuerpo técnico, tras la finalización, se le fueron al humo, pero ya era tarde.


Estados Unidos remontó el encuentro a lo Mendieta. En la última fecha tendrá la clasificación disponible frente a Argelia. En tanto que Eslovenia la sabrá mucho más difícil contra Inglaterra.



Destacados:



Figura: Landon Donovan: 6 (seis). Dentro de un nivel muy parejo en un partido vibrante, el referente de Estados Unidos se puso el equipo al hombro y lo condujo al empate.


Antifigura: Samir Handanovic: 4 (cuatro). Si bien no tuvo que intervenir en muchas ocasiones, el doble error en el primer gol y la pasividad en el segundo ameritan a que haya sido el peor del partido.


Árbitro: Koman Coulibaly (MALÍ): 1 (uno): Mal al no expulsar a Dempsey por un codazo, mal por la amarilla a Findley, mal por cortar una contra de Eslovenia cuando pitó el fin del primer tiempo, mal en una jugada a favor de Estados Unidos que era para expulsar a un defensor esloveno por cortar una jugada manifiesta de gol y horrible al anular el gol del triunfo estadounidense. Muy mal. De lo peor del Mundial. Puede adelantar su viaje a casa. Ninguna de las dos selecciones se fue conforme con el arbitraje, todo un síntoma.


Nota de color: El empate estadounidense se pareció a las mejores épocas de Mendieta en los campeonatos MC.