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miércoles, 7 de julio de 2010

España joder!

En la previa y sí bien las casas de apuestas daban como favorita a España por una pequeña diferencia, Alemania llegaba con dos goleadas sobre Inglaterra y Argentina, en octavos y cuartos, respectivamente, a los que les había convertido cuatro goles a cada uno, mientras que España, el gran candidato a consagrarse, venía con un camino más frágil imponiéndose por la mínima frente a selecciones más débiles como Portugal y Paraguay.
Además, los teutones querían vengarse de la victoria española en la final de la Eurocopa 2008, primer título de la Furia jugando de esta forma. También era interesante saber que siete de los once de España los proveyó el Barcelona, y por eso la acentuación del tipo de juego que lleva adelante la selección de Vicente Del Bosque, mientras que el Bayern Munich aportó cinco alemanes a su equipo.
Al fin y al cabo, el partido se presentaría de esa forma: una España corte barcelonista, siendo el actor principal del encuentro, proponiendo y hegemonizando el control del balón. Del otro lado, una Alemania bayernmunichista, aguantando la presión y apostando al contraataque.
En la primera jugada importante, Pedro profundizó para David Villa, quien en el área se tiró para alcanzar a conectar, pero la salida del arquero Manuel Neuer fue más rápida. A los 13 minutos, Iniesta, de gran movilidad, apareció por derecha y metió un centro fuerte a media altura para que alguien la rozara, Carles Puyol se anticipó en el primer palo y la pelota se fue por arriba.
A los 21 y 22 minutos, Alemania mostraba sus cartas: apostaba a aprovechar las contras en base a los huecos que el avance español dejaría. Pero en aquellas situaciones los teutones no supieron encabezarlas y perdieron dos buenas oportunidades.
En la generalización del juego España seguía siendo más, tenía la pelota y merodeaba el área, pero no creaba situaciones claras, sino que recurría a los tiros desde lejos. En una contra, en el último minuto del primer tiempo, Miroslav Klose se fue por derecha y en el momento justo, cedió en profundidad para que Mesut Özil, quien entró solo por el medio del área, la pelota le quedó un poco atrás y Sergio Ramos lo alcanzó, pero también le tocó el tobillo izquierdo. Era penal para Alemania, pero el árbitro húngaro Viktor Kassai, que siguió de cerca la jugada, le erró en la decisión y dejó continuar. Se moría el primer tiempo con una polémica.
Los entrenadores eligieron seguir con sus estrategias y no realizaron variantes. Por eso, el comienzo del segundo tiempo sería la prolongación del primero –en el que España mantuvo el balón el 60 por ciento del tiempo-. Pero con un detalle: la Furia sería más profundo, luego de que la estructura teutones se resintiera, producto del cansancio.

Es así que a los delanteros y mediocampistas ofensivos se sumó Xabi Alonso, el volante más defensivo. A los 48 y 49 minutos, luego de jugarlas por derecha, ambas ocasiones terminaron con remates desde la medialuna del jugador merengue. El entrenador alemán, Joachim Löw, se dio cuenta de la debilidad del sector izquierdo de la retaguardia y cambio a Jerome Boateng por Marcell Jansen.

En el minuto 57 hubo tres tiros por un peso. Primero Joan Capdevilla fue hasta el fondo y metió un centro atrás para Xabi Alonso, quien remató fuerte a las manos de Neuer, quien dio rebote; Iniesta se hizo con la pelota y realizó un buscapié que cruzó toda el área, de izquierda a derecha; finalmente, luego de varios toques, la bocha le quedo al amuleto Pedro y éste remató desviado. La presión de la Furia ya era incontenible para los fatigados jugadores alemanes, que marcaban individualmente por reacción y no por acción en bloque, estando siempre un instante tarde.

Luego de esta jugada Alemania pareció entender que de esta forma no dudaría mucho más en carrera. Por eso salió un poco. A los 68 minutos, el ingresado Jansen profundizó por izquierda para Lukas Podolski para que éste fuera hasta el fondo y metiera un centro pasado para la llegada en solitario de Toni Kroos –quien había entrado hacía siete minutos-, quien definió con la parte interna del pie derecho, por lo que la pelota salió suave y le dio participación a Iker Casillas. Era la jugada teutona más clara del partido. Quizás si Thomas Muller no hubiera estado sancionado, esta situación la hubiera traducido en gol.

Sin embargo, España, menos cansado por hacer circular el balón, siguió proponiendo y encontró lo que buscó. Aunque no fue de la manera que el amante del buen fútbol quisiera, la Furia se puso arriba luego de un corner de Xavi que Puyol conectó de cabeza en el punto del penal a los 72 minutos.

Desde ese momento no le quedó otra que salir definitivamente a buscar el gol a Alemania. Salía tarde, con el marcador en contra y con más ganas que fútbol. Sacó a un volante central y metió a una torre, que se sumaba a los centrales ya jugados en ataque. España, entre enfriando el partido metiendo los cambios y jugando de contra, neutralizó la avanzada alemana, y no sufrió en defensa.

La última jugada importante fue un contragolpe de Pedro que, en ventaja de 2 a 1, fue egoísta y no se la cedió al Niño Torres, perdiendo la oportunidad de liquidarlo. Por eso, Del Bosque le dio una lección al pibe y lo sacó por David Silva.

De esta forma, jugando su mejor partido, España llega a la primera final de su historia. Del otro lado quedó un conjunto alemán que dejó descolocado al público, sin saber si la verdadera fue la de esta tarde o la que venció cómodamente en sus dos presentaciones anteriores.

La Furia se enfrentará el próximo domingo 11 de julio a las 15.30 en el Soccer City de Johannesburgo a Holanda, y así habrá una nueva selección que tallará su nombre en la lista de oro. ¿Será España con su nuevo estilo, o será Holanda, quien, justamente, dejó su atrás su fútbol total?

Destacados

Figura: Xabi Alonso: 8 (ocho). Siendo el mediocampista más defensivo, se sumó constantemente al ataque y tuvo varias chances con tiros lejanos. Además marcó y distribuyó, haciéndose dueño de la mitad de cancha, junto a Xavi e Iniesta.

Antifigura “no hoy viniste”: Mesut Özil: 4 (cuatro). El volante creativo alemán, en carpeta de varios grandes europeos, no se puso el equipo al hombro y, en consecuencia, Alemania perdió la mitad de cancha. Solo apareció en el minuto 45, cuando el árbitro no le cobró un penal.

Árbitro: Viktor Kassai (HUN): 4 (cuatro). En una instancia como ésta, el menor error se paga caro. Por eso, al no cobrar un claro penal para Alemania, lo demás es secundario.

Dato de color: en el comienzo de la segunda parte, un hincha entró a la cancha y la seguridad se lo llevó afuera, pero de mala forma. Una lástima por la organización.

El naranjú mecánico ya es finalista






El partido arrancó con buen ritmo –la jabulani viajaba rápido por el verde césped-  y la supremacía holandesa que a priori se esperaba,  no fue tan marcada en los primeros minutos, sí bien tenía mas tiempo el balón, no dañaba sustancialmente la guarida del golero uruguayo. Un Uruguay práctico y ordenado disputando el medio campo con inteligencia pero sin brillo  -fiel a su  estilo en este mundial-,   con dos delanteros de gran presente (Forlán y  Cavani) picando al vacío y exigiendo a la ultima línea holandesa a tirar el achique con mucha precaución.  Meritorio, no hay que hacerse el sota, como los charruas cortaban el fútbol naranjoso por las bandas,  evitando así lo que mejor sabe explotar el equipo de Bert Van Marjwik: los desbordes de Robben, Kuyt, o cualquiera que trepe contra la raya.  Palabras más palabras menos, el partido nos dió una grata sorpresa pasado el primer cuarto de hora,  cuando el veterano y capitán Van Bronckhorst -que piensa  retirarse al termino de este mundial-  pelo un zapatazo tremendo que se colgó del ángulo luego de pegar en el poste, ante el estéril vuelo de superhéroe que se mando Muslera. Imposible de agarrar. Golazo señores, el partido prometía abrirse.

Si suponíamos que el encuentro iba a cambiar rotundamente luego del 1 a 0, que Holanda iba a intentar capitalizar el golpe anímico y toquetearle el balón de banda a banda para lastimar a las espaldas de Cáceres y Pereyra; o que los charruas en el afán por lograr  la paridad se iban a mandar cagadones cuando tuvieran que retroceder a gran velocidad por las contra naranjas; bueno, no fue muy así, el partido entró en una meseta que salvo un remate débil del negro Pereyra no modificó lo que se venía dando hasta que, a los 40` -momento calve si los hay- del primer tiempo, el blondo goleador colchonero que sí entendió como pegarle a la jabulani,  luego de enganchar para su pierna menos hábil  saco un remate de afuera del área y la bola en el aire se encargo de hacer lo suyo: parecía que iba al medio del arco pero a metros de Stekelenburg  hizo una comba corta y venció los dedos enmantecados del buen arquero holandés. Así, con la satisfacción uruguaya por el empate, se fueron  a los vestuarios.

El complemento arrancó similar a los últimos minutos de la primera parte. La ciencia del partido pasaba por quien se adueñaba del medio, lo que me hizo pensar que ambos directores técnicos tenían bien presentes los partidos de las otras selecciones y aprendieron de los errores ajenos, sacando conclusiones nada novedosas aunque útiles como: “es imposible sacarle la pelota al rival,  en instancia de semis, si jugás con un solo cinco” El ingreso de Van der Vaart por De Zeeuw, que en el primer tiempo casi se queda sin el comedor completo por la chilena en la boca que le propinó Martín Cáceres (fue una de las repeticiones en cámara lenta más bellas del mundial) el ingreso de Van der Vaart, como decíamos, equilibró el nudo central de los naranjos. Este último y Van Bommel demostraron como se roba, distribuye, releva y como se ataca defendiendo, un concepto que los holandeses conocen por ósmosis. La celeste también jugaba su partido en el medio campo (D. Pérez, Gargano, Arévalo, A. Pereira)  pero evidenciaba las limitaciones técnicas a la hora de distribuir, por eso apostaba al juego de la cancha larga (los atacantes muy lejos de los mediocampista) o a salir rápido de contra. Holanda inclinaba la cancha de a poco, sin embargo una de Forlán de pelota parada inquieto a los europeos. Todo muy parejo hasta los 26`,  porque luego de unos toques aparentemente intrascendentes en el área celeste,  Sneijder sacó un tirito que rebotó en la pierna de un defensor uruguayo y se fue a dormir a la ratonera. 2 a 1 para el naranjú mecánico. En la repe se pudo apreciar el fino offside de Van Persie. Pero esto no es Rugby chicos, por más tecnología que haya los factores humanos siguen incidiendo en los resultados. (Debate aparte: ¿el referí debe hacer uso de la tecnología?)  

Con la sensación de injusticia entre los dientes, los dirigidos por Tabare -que venían  haciendo un buen partido hasta aquí- entraron en la nébula por la naturaleza misma del  equipo que pierde y se queda afuera, salir a empatar o morir.   En ese intento más sustentado por entrega que por ideas, los jugadores comenzaron a perder la referencia en la cancha porque volvían lento a sus puestos de marca, acaso por el cansancio de los 120` contra los ghaneses.  Holanda nos recordó a los minutos posteriores luego del 2 a 1 de Sneijder a Brasil. Velocidad, precisión y el peso de las individualidades. El 3-1 no tardó mucho en llegar: centro de Kuyt y  frentazo esquinado de Robeen. A guardar, otra inatajable para el golero oriental.

Sin bien el oportunismo holandés hacia mella en el esquema charrúa, el partido seguía siendo entretenido y disputado. Lo que vino después del 3 a 1 fue una prolongación de lo que se daba, el naranjú mecánico monopolizando el balón a lo ancho del campo para tentar a los de Tabare a salir a achicar espacios a la bartola y dejar huecos defensivos irreparables. Sin embargo, no era ni tan fuerte la hegemonía de los países bajos ni tan desorganizada la resistencia de la banda oriental; lo que si se podía afirmar hasta un botija de 5 años es que el partido estaba cerrado. Pasado el segundo cuarto de hora Holanda pudo extender la ventaja por medio de dos contragolpes comandados por Sneijer y el otro por el pelado Robeen.  Velocistas por excelencia, son hoy por hoy dos armas fundamentales de cara al match del 11 de julio.

En los últimos minutos Uruguay se lanzo al ataque compulsivamente y demostró de que material están hechos los corazones orientales. Ya en el descuento, cuando el partido era irremontable, una buena jugada preparada permitió que Maximiliano Pereira marcara el 2-3 con un lindo tiro combado que se metió en el ángulo inferior del arco. A buscar la pelota a la red,  llevarla al medio y esperar el milagro. Los últimos 4 minutos fueron arremetidas de la celeste que en base de centros con la mano y con lo pies, le cascotiaron el rancho a todo el naranjú mecánico que se metió en su propia área, y nos hizo revisionar fugazmente el acervo heroico de los charruas y la cagadera histórica que tienen los naranjas en este tipo de instancias. Pero no alcanzó, el pitido final dió cierre a uno de lo partido más electrizantes de esta edición copera.

Holanda –que lleva 25 partidos sin perder y 14 ganados en forma consecutiva- es el primer finalista del Sudáfrica 2010  por tercera vez en su historia. Se enfrentará con el vencedor de España – Alemania este domingo en Johannesburgo. Se repite una final europea como en Alemania 06. 

Uruguay puede dormir sin frazada por que hizo un mundial impensado. Sorprendió a propios y a ajenos por su desempeño dentro del campo y por su grandeza en los momentos claves. Se puede decir que disputará los 7 partidos del mundial y eso es un logro reservado solo para la elite futbolera. Mis felicitaciones al pueblo charrúa.