Jueguen, goleen, asusten.

En la previa, esperábamos un poco más de Australia, y un poco menos de Alemania.
El partido tuvo un comienzo vertiginoso que pudo haber cambiado todo su desarrollo: a los 2’ Australia tuvo una oportunidad neta en un remate de García que rechazó el arquero alemán.

A partir de ahí, fue todo de Alemánia. A los 6’ Klose tuvo un remate franco desde la medialuna, que tapó el arquero. Un minuto después, gran jugada colectiva de la ofensiva germana. Özil hace una individual, mete una daga en profundidad para Müller, éste pone un centro atrás rasante para la llegada de Podolski, cañonazo de zurda que vence las manos del arquero australiano: 1-0. Por momentos los alemanes fueron una máquina en ofensiva. Los rendimientos de Özil y Podolski fueron superlativos.
A los 23’, tras un centro bajo y preciso de Podolski, Klose lo pierde solo abajo del arco.
Tres minutos después, un centro al área estupendo de Lahm, el capitán alemán, que conectó Klose con un buen cabezazo y 2-0.
A los 30’ tuvo una clara Özil, eligió mal al definir, la picó demasiado suave (foto), y la rechazó un ignoto australiano. A los 39’ tuvo otro mano a mano, optó por la gambeta larga y la pelota se perdió en el saque de meta.
Apenas comenzado el segundo tiempo, el árbitro mexicano no cobró una mano de un defensor dentro del área alemana, y a los 10’ expulsó a Cahill por una fuerte entrada a Podolski (con el cartón amarillo alcanzaba).

A partir de ahí, el partido fue un monólogo hablado en alemán.
Antes del cuarto de hora del complemento, Özil se disfrazó de Messi, enganchó en la derecha, se sacó de encima a uno, y le pegó bien con su pie izquierdo (el que mejor maneja), pero salvó el arquero.
A los 20’, una gran pared entre Klose y Podolski (la gran dupla polaca), en la que el primero terminó definiendo sin éxito una situación fácil, demostrando que los pies le sirven para muy poco más que para impulsar sus cabezazos.
Dos minutos después, un contraataque rápido y bien ejecutado terminó con un golazo de Müller, que definió cruzado y bajo.
A los 25’, el brasilero recién ingresado Cacau, empujó la pelota al cuarto y último gol, tras un centro bajo y letal de Özil. Con la goleada asegurada, Alemania se contuvo un poco y dejó de humillar al pobre equipo de los canguros y surfistas.

Para tener en cuenta: Este combinado germano-polaco-brasilero-turco-serbio que representa a Alemania, una vez más se vistió de candidato. El funcionamiento ofensivo, a priori, asusta y mucho. Lo llamativo es el buen trato de pelota, siempre contra el piso, algunas gambetas e incontables paredes. Podolski, Özil, Klose, Müller. Muchos nombres que van a dar que hablar en esta copa del mundo. Vaticinamos que saldrá de su grupo con tres victorias. Habrá que ver como resulta si tienen enfrente un equipo de mayor presencia e historia que el australiano. Y queda por evaluar el funcionamiento defensivo, que no fue exigido en este partido.

Australia, a su vez, demostró que es un gran equipo (pero de rugby) con grandes jugadores (solamente porque son corpulentos). Es evidente que no encontró reemplazo para Kewell, Viduka, etc.

Premio “de que planeta viniste”: Mesut Özil. Al alemán-turco no le hizo falta el gol para sacarle una luz de ventaja a Podolski, el otro gran valuarte del ataque alemán.
Premio “menos diez”: el equipo australiano. Lo único para rescatar fue el poco peligro llevado por García al área alemana.
Árbitro: Marco Rodríguez (México). Mal. La expulsión del australiano fue exagerada. No cobró un penal por una mano en el área alemana. No podemos decir que influyó en el resultado del partido porque fue demasiado holgado.